Normalmente el concepto “hoteles con encanto” se utiliza cuando queremos dar a conocer un sitio que resulta especial, que tiene algo que va más allá del lujo que pueden otorgar las calificaciones especiales. Hoteles de ensueño y otros alojamientos tradicionales que se encuentran en lugares únicos, que han sido construidos dentro de edificios históricos, que tiene servicios especiales o que resultan ser especiales por algún motivo. Muchos hoteles con encanto de París, Londres, Roma o Barcelona son pequeños, confortables y privados; hasta el punto de que algunos pasan desapercibidos ante el visitante si no conoce de su existencia. Otros hoteles con encanto son capaces de transporte a mundos de fantasía, de darte un marco ideal para tus escapadas románticas, o bien te resultarán tan cercanos y familiares que será como estar en tu propia casa.
No existe ninguna clasificación oficial para los hoteles con encanto de Nueva York, Berlín, Madrid o Benidorm, por ello en este blog empleo la siguiente graduación por estrellas. En líneas generales tengo en cuenta los siguientes criterios, aunque la decisión final siempre tiene un punto de subjetividad.Hotel convencional. Este alojamiento puede ser limpio, confortable, tener una buena atención al cliente pero no tiene elementos que lo conviertan en un hotel especial. No tiene encanto, puede ser barato o de lujo, silencioso, de tipo familiar o para singles, puede ser muy buen hotel pero no hay nada que lo haga brillar.
Hoteles convencionales que tienen detalles interesantes como las vistas al mar, posibilidad de suites, servicios especiales, cenas románticas. Los alojamientos tradicionales como los hoteles rurales en Asturias o las riads de Marruecos suelen tener como mínimo este nivel si están bien cuidados.